Documentos internos de la Agencia de Control Ambiental (EPA) plantean preguntas sobre cómo y por qué los reguladores durante años no han exigido pruebas ni estudios sólidos sobre la composición del herbicida más polémico y utilizado en el mundo.
Nota original: Internal EPA Documents Show Scramble For Data On Monsanto’s Roundup Herbicide
Autora Carey Gillam. Traducción periodística por Anabel Pomar
07 de agosto de 2017
El gigante de la industria agroquímica, la compañía Monsanto, se enfrenta a una ola creciente de demandas de EE.UU. sobre su línea de herbicidas más vendida, el Roundup. Uno de sus principales argumentos de defensa es que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha respaldado durante mucho tiempo la seguridad de los productos herbicidas.
Y es que de hecho, la EPA ha sido un partidario incondicional de las afirmaciones de seguridad de Monsanto, asegurando al público que no hay nada que temer del cóctel de productos químicos de la compañía. Pero documentos internos de la agencia, publicados en respuesta a una demanda de la Ley de Libertad de Información (FOIA), indican que el año pasado, la agencia tenía importantes “agujeros” en sus archivos de los datos referidos a las formulaciones de Roundup utilizadas por consumidores, agricultores y otros usuarios, alrededor del mundo. Los documentos también plantean preguntas sobre cómo y por qué los reguladores durante años no han exigido pruebas y estudios más sólidos sobre el herbicida más utilizado en el mundo.
Los documentos de la EPA muestran que hace poco más de un año, en marzo y abril de 2016, los funcionarios de la EPA estaban “luchando” para reunir datos sobre los ingredientes que Monsanto ha utilizado comúnmente para formular sus productos herbicidas. El glifosato es el ingrediente activo de las marcas Roundup, así como de cientos de otros herbicidas, y la agencia cuenta con una base de datos profunda de los estudios enviados por Monsanto sobre ese químico específico. Pero en los registros de la EPA de 2016, se ve a la agencia solicitando urgentemente a Monsanto cualquier estudio que pudiera proporcionar información sobre la seguridad de sus productos y formulados buscando comprender cómo se fabrica y cual era la composición de esas formulaciones usadas durante décadas. A pesar de que Monsanto ha estado vendiendo herbicidas Roundup por más de 40 años, los documentos internos de la agencia indican que la agencia tenía poca información, y suelta, sobre esas formulaciones.
El interés de la EPA en analizar las formulaciones se produjo en 2015 cuando la agencia debía realizar una actualización sobre la evaluación de riesgo favorable del glifosato. La agencia retrasó la finalización de esa evaluación cuando la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) reportó en 2015 que había suficientes indicios en las investigaciones existentes y publicadas para clasificar el glifosato como un probable carcinógeno humano. La IARC también señaló en su informe que había investigaciones que mostraban riesgos con las formulaciones.
La EPA parecía estar tratando de ponerse al día en marzo del año pasado cuando funcionarios de la agencia solicitaron información a Monsanto sobre los ingredientes inertes en las formulaciones populares del glifosato de Estados Unidos y Europa utilizadas en “el presente y que datan de los 80”. La EPA se mostró particularmente interesada en “información sobre cómo las formulaciones de glifosato han cambiado con el tiempo en los últimos 20-30 años”.
Los registros de la EPA también muestran un cierto nivel de doble discurso sobre la falta de datos. Incluso cuando la agencia estaba trabajando para reunir detalles sobre las formulaciones de Roundup, la agencia estaba al mismo tiempo asegurando al público que no había motivo de preocupación porque la EPA tenía la información necesaria para medir la seguridad de esas formulaciones.
Como se consigna en esta declaración de la agencia:
“A menudo, los productos de glifosato contienen agua, tintes y / o surfactantes que ayudan a facilitar el movimiento del glifosato a la planta …”. La Gerente de Evaluación Química de la EPA, Khue Nguyen, escribió en enero de 2016, en respuesta a un hombre de 83 años que preocupado por el producto había escrito a la agencia buscando respuestas. “Si bien los fabricantes de productos pesticidas no siempre revelan todos los ‘otros ingredientes’ en sus etiquetas … están obligados a revelar esos ingredientes a la EPA. Los ingredientes inertes en un producto como el Roundup no son motivo de preocupación para el consumidor cuando se usan productos pesticidas de acuerdo con la etiqueta “.
Sin embargo, esas garantías públicas sobre el conocimiento de la EPA sobre los ingredientes de Roundup y su seguridad contrastan con una discusión interna documentada por Nguyen tres meses después. En un correo electrónico del 6 de abril de 2016, Nguyen recordó a cinco ejecutivos de Monsanto que la EPA tenía una solicitud de información “sensible al tiempo”: necesitaba datos, y las notas adjuntas al correo electrónico muestran una necesidad particular de datos sobre formulaciones de glifosato:
“En un esfuerzo por resolver preguntas sobre la posible toxicidad del glifosato, las formulaciones de glifosato y cualquier coformulante (ingredientes inertes y surfactantes), la EPA estuvo interesada en cualquier información o investigación que Monsanto pueda tener sobre cómo las formulaciones pueden diferir de los datos en el ingrediente activo y surfactantes independientemente el uno del otro” sostenían las notas adjuntas del correo electrónico de Nguyen. Las notas continúan solicitando información sobre los cambios en la formulación Roundup de Monsanto “a lo largo de los años”.
Las notas indican que “Monsanto señaló que hasta el año 2000, casi todos los productos de glifosato en el mercado eran su formulación Roundup que usaba alguna forma de seboamina como surfactante. Luego, las propiedades de los surfactantes usados y la proporción de surfactante a ingrediente activo cambiaron en la mayoría de las formulaciones … La EPA sugirió que Monsanto brindara por escrito cualquier información que documente los cambios de las formulaciones de glifosato en el tiempo y en todo el mundo “.
Después de esa reunión, Monsanto envió algunos datos, y en un correo electrónico de seguimiento fechado el 18 de abril de 2016, un científico de la EPA solicitó una aclaración sobre qué buscar. “Para ser claros acerca de nuestra estrategia aquí, queremos ver cuáles de estos tenemos o no, y también queremos ver si hay algún estudio de formulación que ayude a nuestro análisis. ¿Eso suena bien?
Es alentador que la EPA esté comenzando a prestar atención a las preguntas sobre la seguridad de las formulaciones de Roundup, pero esas evaluaciones están muy atrasadas y las garantías públicas de seguridad de la agencia a pesar de la falta de datos es “demasiada hipocresía”, dijo Michael Hansen, científico sénior de la Unión de Consumidores. “Y es una manera de admitir de que este es un gran problema”.
Estas mezclas, o formulaciones, han despertado inquietudes entre ciertos científicos independientes que dicen que los estudios de laboratorio muestran que las combinaciones de glifosato con otras sustancias utilizadas en Roundup son más tóxicas que el glifosato solo y posiblemente causen cáncer u otros problemas de salud. Algunas investigaciones han indicado que las formulaciones pueden ser alteradores endocrinos, lo que significa que tienen el potencial de desencadenar enfermedades graves, como cánceres, problemas reproductivos y del desarrollo, y defectos de nacimiento.
El conocimiento de la EPA, o la falta de éste, sobre los productos Roundup formulados también es potencialmente importante para el litigio pendiente contra Monsanto. Miles de personas en todo Estados Unidos están demandando a la compañía química, alegando que la exposición a Roundup no solo les causó cáncer a ellos o a sus seres queridos, sino que Monsanto sabía que las formulaciones de Roundup podrían ser dañinas, pero encubrían la evidencia. También alegan que ciertos funcionarios de la EPA se confabularon con Monsanto en el manejo de las evaluaciones de seguridad, y la Oficina del Inspector General de la EPA confirmó que está investigando esas preocupaciones.
Un ingrediente tradicionalmente utilizado en Roundup ha sido el foco de un escrutinio particular ya que algunas investigaciones han demostrado que este ingrediente adicional, el polioxietileno-amina (POEA), puede ser extremadamente dañino para las células humanas. El POEA es un surfactante que ayuda a que el glifosato se adhiera a las hojas de las plantas. Los reguladores europeos se preocuparon tanto por el POEA que en 2016 acordaron prohibir su uso como coformulante en herbicidas basados en glifosato después de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), en un informe de 2015, dijera que no había datos suficientes disponibles para realizar una evaluación de riesgos del POEA. La EFSA declaró: “Se debe aclarar aún más su genotoxicidad, toxicidad / carcinogenicidad a largo plazo, toxicidad reproductiva / del desarrollo y potencial de alteración endocrina”.
En parte del correo electrónico del 18 de abril de 2016 con la EPA, un ejecutivo de Monsanto confirmó el uso generalizado de POEA en sus productos, diciendo a la EPA “el sistema de surfactante utilizado casi exclusivamente en formulaciones de herbicidas agrícolas Roundup en todo el mundo durante estas dos décadas (la década de 1980 y 1990) contenía un tensioactivo o surfactante de amina de sebo polietoxilada … ”
Monsanto dice en su sitio web que los productos basados en sebo-amina “no representan un riesgo inminente para la salud humana cuando se usan según las instrucciones” y señala que en 2009 la EPA eximió al surfactante de las limitaciones legales sobre residuos en los alimentos, porque “hay certeza razonable de que no causarán daños a la población en general … ”
Aún así, la propia compañía ha admitido la falta de extensas pruebas de seguridad en sus productos formulados. En un correo electrónico interno de Monsanto de diciembre de 2010, un Gerente de Asuntos de Regulación Química de Monsanto señaló que “con respecto a la carcinogenicidad de nuestras formulaciones, no tenemos esas pruebas directamente sobre ellas …”. El gerente explicó que la compañía tiene realizadas extensas pruebas “sobre el glifosato y” algunas pruebas tóxicas extensas “sobre el surfactante y que deberían ser capaces de responder preguntas sobre la seguridad de sus formulaciones” de manera confiable “. Ese correo electrónico y cientos de otros fueron descubiertos y obtenidos por los demandantes en el proceso legal contra Monsanto.
En un correo electrónico de 2002 también obtenido como parte del descubrimiento en el caso judicial, un científico de Monsanto escribe a un colega, “estamos en muy “buena forma” con el glifosato pero vulnerables con los surfactantes. Lo que he estado escuchando sobre sus estudios es que este sigo siendo el punto: el glifosato está bien pero el producto formulado (y el surfactante en si mismo) es lo que hace el daño “. En otro correo electrónico de 2002 entre los mismos colegas de Monsanto, el científico escribe: “Aunque no se han implementado pruebas y testeos desde hace varios años, esta maldita mierda endocrina simplemente no desaparece, ¿verdad?”.
Y en un correo electrónico de 2003, un toxicólogo de Monsanto escribe, “no se puede decir que Roundup no es carcinógeno … no hemos hecho las pruebas necesarias en la formulación para hacer esa afirmación. Las pruebas en las formulaciones no están ni cerca del nivel del ingrediente activo. Podemos hacer esa afirmación sobre el glifosato y podemos inferir que no hay ninguna razón para creer que el Roundup podría causar cáncer “.
Un portavoz de la EPA confirmó que la agencia no “requiere rutinariamente estudios de toxicidad a largo plazo para las formulaciones de productos pesticidas”, como sí lo hace con los ingredientes activos como el glifosato. Añadió, sin embargo, que todos los ingredientes inertes en productos pesticidas deben ser aprobados para su uso por la EPA y “cada componente de una mezcla inerte debe ser respaldado por una batería de datos de toxicidad y debe estar aprobado para su uso por la EPA”. Además, el portavoz de la EPA dijo: “Si hay datos que indiquen el riesgo de una mezcla formulada, la EPA evalúa los posibles efectos en nuestras evaluaciones de riesgos. El proceso de evaluación de riesgos para la salud humana es conservador … lo que garantiza que cuando se usa un plaguicida de acuerdo con la etiqueta, las personas estén bien protegidas “.
El reciente interés de la EPA en formular preguntas sobre los productos de formulaciones de glifosato también se observó en septiembre de 2016, cuando la agencia declaró que estaba colaborando con el Programa Nacional de Toxicología (NTP), una División del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental, para desarrollar un plan de investigación destinado a evaluar “el papel del glifosato en los productos formulados y las diferencias en toxicidad de la formulación”. La agencia reconoció que “actualmente, la información disponible públicamente con respecto a conclusiones finales sobre la cancerosidad del glifosato y sus formulaciones es limitada”.
Se desconoce el estado de la participación de la EPA en esa colaboración, pero el NTP confirma en su sitio web que está “llevando a cabo investigaciones adicionales para investigar la posible toxicidad genética y la mecánica de toxicidad del glifosato y sus formulaciones”.
Aún así, CropLife America, el grupo de lobby de Monsanto y otros actores de la industria agroquímica, ha dejado en claro que dicha consulta no es bienvenida. En una carta de octubre de 2016, CropLife cuestionó “por qué la EPA colaboraría y desarrollaría un programa de investigación con el Programa Nacional de Toxicología (NTP) sin la participación del solicitante de registro”. Esa persona, es decir Monsanto, “sería la fuente apropiada” para los datos que la EPA pudiera necesitar, escribió CropLife.